Pies Familiares – Emma Rosie – Feliz Día del Padre. Dejaste embarazada a tu hijastra.
72Pies Familiares – Emma Rosie – Feliz Día del Padre. Dejaste embarazada a tu hijastra.
Emma Rosie está embarazada y ella y su madre no pueden dejar de discutir por ello. Porno gratis Lo que la madre de Emma no sabe es que el bebé pertenece a su padrastro, Charles Dera. Todo empezó cuando Charles arregló el lavabo de Emma y ella lo sedujo en ese mismo instante. Poniendo a Charles encima de ella, Emma insistió en que su padrastro le lamiera ese coño bronceado. Luego le chupó la polla para calentarlo bien para la cabalgada erecta con la que no podía dejar de soñar. Charles era masilla en las manos de Emma mientras observaba esas hermosas tetitas rebotando sobre él. Después de follar a Emma a cuatro patas, Charles la giró sobre su espalda para rematarla. Normalmente se retiraría, pero se sintió tan bien en ese momento que le llenó de leche a su hijastra. Ahora Charles y Emma tienen que confesar que va a ser padre de verdad.
La carne rosada y húmeda parecía llamarla más cerca. Quería oír a Meredith suplicar por ella. Sus caderas se contrajeron a regañadientes cuando el toque de Heather le provocó escalofríos en todo el cuerpo. Luchó contra el impulso de huir o de extender la mano y tocarlo. Mientras tanto, Heather centró sus perversas atenciones en el clítoris de Meredith. El corazón le latía con fuerza en el pecho mientras miraba a Heather en busca de confirmación. "Quiero que me bajes las bragas despacio, provocativamente", le indicó. Su cabello castaño se agita mientras niega con la cabeza en una protesta desesperada. En un instante, veloz como un rayo, los brazos de Heather se extendieron y rodearon la cabeza de Meredith con fuerza. "Por eso este último paso es crucial", dijo Heather, inclinándose hacia delante. Meredith la miró confusamente por el deseo. Heather se abrió de par en par con ambas manos. "No, quiero que tú...", dijo Heather. Sus labios están regordetes e hinchados. No se trata necesariamente de cómo has superado el proceso, sino de la persona en la que te has convertido. Los músculos se flexionaron mientras las manos acariciaban lentamente esas enormes y palpitantes vergas, esperando la orden de Heather. Deberías sentirte honrada. —Mike, el ala cerrada, estaba dotado como un caballo con una monstruosa bestia venosa de 30 centímetros, el casco bulboso y el morado furioso. Heather lame de nuevo, con más insistencia esta vez, recorriendo con la lengua los delicados pliegues y rodeando el sensible clítoris. —No... Había una discreta tensión en su mandíbula. No, quiero que... —dijo Heather.
